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Lily García

Cuando sea viejita…

En estos días estaba desahogándome con mis amigos Janet y Bienve acerca de lo fuerte que ha sido el proceso de salud que estamos pasando con mami. Y Janet, siempre incisiva y al punto en sus preguntas, me salió con un “¿Y tú cómo crees que vas a ser cuando seas viejita?” Y mi contestación fue “No sé cómo voy a ser, pero te puedo decir como no quisiera ser”.

Me refería a que en los años que me ha tocado ser cuidadora de tías, padre, y ahora mami, he observado en ellos, y también en otros adultos mayores que conozco, aquello que los ha ayudado a ser más felices cuando el paso de los años los ha obligado a adaptarse a nuevos estilos de vida.

Así que la pregunta de mi amiga me ha puesto a pensar y quise compartir con ustedes, mis lectores, tal vez no como sería yo de viejita, sino como quisiera ser. Claro, esto tomando en cuenta que mi mente esté en el espacio correcto y tenga el control de mi comportamiento, porque de no ser así, entonces le pido excusas anticipadas por aquellas barbaridades que pueda decir en momentos de senilidad.

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Cuando sea viejita quisiera

-Mantener mi habilidad mental para soltar y desapegarme y de esa forma enfrentar de forma más saludable los cambios y hacerle la vida más fácil a aquellos que estén a mi alrededor.

-Dejarme ayudar y poder alcanzar el balance entre mantener un nivel de independencia y a la vez entender que hay cosas que no puedo hacer sola o como las hacía antes.

-Seguir sabiendo escuchar a los demás, sus sugerencias y consejos, y aún cuando no esté de acuerdo con ellos, entender que vienen de la buena fe y no tomar las cosas personales.

-Haber sanado heridas pudiendo perdonar a aquellas personas que me hayan herido y sintiéndome cada vez más liviana a medida que se acerque mi despegue.

-Juzgar menos y aceptar más, reconociendo que ya a la edad que tenga habré metido la pata y me habré equivocado muchas veces, y, por lo tanto, deberé evitar juzgar a otros por sus errores.

-No darle importancia a lo que no pude lograr y tener la sabiduría de enfocarme en lo que sí habré logrado y del propósito que tuvo mi vida.

-Continuar cultivando amistades y relaciones significativas que aporten a mi bienestar y felicidad.

-Seguir bailando, aunque sea en una silla de ruedas o con un andador, porque el baile es terapia para mí.

-Seguir manteniendo intacto mi sentido del humor, como lo tuvo mi padre hasta el día de su muerte a los ochenta años. Y que, sobre todas las cosas, me pueda reír de mí misma.

-Todavía tener metas, aunque sean a corto plazo y sencillas, pero sentir la anticipación del proceso de completarlas y la satisfacción al hacerlo.

Hace muchos años, cuando estaba en mis veintes, hubo una época en que me dio por escribir poesía. Pienso que fue el resultado de un vacío existencial que vivía en aquel momento, y que lograba expresar a través de lo que escribía.

Quien sabe si un día de estos me anime y los publique. Pero entre ellos hay uno que titulé “Quiero” donde describía la inquietud que tenía desde bien joven de vivir y experimentar todo lo que pudiese antes de que me llegara el momento de partir. Comparto con ustedes algunas de las estrofas finales.

Quiero amar a quien me ame…
que ningún amor me pese.

Quiero pescar en el río
y devolver luego los peces.

Quisiera sentirlo todo.
Tocar lo negro y lo blanco,

risa…llanto…gritos…cantos…

Tengo que ganarle terreno a la vida,
llegar a la meta con el pecho abierto,
para que el final no me agarre dormida,
para que la muerte me encuentre viviendo.

Lee más aquí Las lecciones de Inside Out 

Lily García

Lily García es locutora, conferenciante motivacional, “coach” de vida certificada, tanatóloga y actriz, con una vasta experiencia como comunicadora en la radio, televisión y prensa escrita en Puerto Rico. Ha publicado ocho libros sobre temas de auto-ayuda, un audio libro y dos CDs de meditaciones y visualizaciones dirigidas.

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