Cuando la pandemia no termina: El COVID prolongado y su efecto en el empleo
El COVID prolongado continúa siendo una amenaza significativa para la salud pública y la economía en Estados Unidos. Un reciente estudio revela que millones de estadounidenses menores de 40 años podrían verse incapacitados para regresar a sus trabajos debido a los síntomas persistentes de esta condición. Según la investigación, las personas que experimentan cinco o más síntomas relacionados con el COVID prolongado tienen el doble de probabilidades de no volver a la oficina, lo que refleja la gravedad del problema.
El estudio, realizado por un equipo de investigadores liderado por el doctor Arjun Venkatesh, catedrático de medicina de emergencias de la Universidad de Yale, en Nueva Haven, Connecticut, encontró que alrededor del 14 % de las personas en edad laboral que sufren de COVID prolongado no habían regresado a sus empleos tres meses después de la infección inicial. Esto podría representar a millones de personas sin trabajo debido a los efectos a largo plazo de la enfermedad.
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Además, la investigación sugiere que los adultos jóvenes, con una edad promedio de 40 años, son los más afectados por esta condición. Este hecho tiene implicaciones económicas importantes tanto a nivel personal como nacional, ya que la incapacidad de volver al trabajo afecta directamente la seguridad financiera de las personas y su capacidad para cuidar de sus familias. La persistencia de los síntomas también aumenta la posibilidad de que quienes padecen COVID prolongado enfrenten dificultades para reincorporarse a la fuerza laboral.
Los investigadores analizaron datos de más de 6,000 pacientes con COVID-19 de diversos estados como Illinois, Connecticut, Washington, Pensilvania, Texas y California. De los casi 3,000 participantes que tenían empleo antes de la pandemia, alrededor del 10 % reportaron haber experimentado cinco o más síntomas de COVID prolongado meses después de la infección inicial. Estos síntomas son clave para predecir la gravedad de la afección, y aquellos con más síntomas demostraron tener el doble de posibilidades de no poder volver a trabajar en comparación con quienes no presentaban síntomas a largo plazo.
Los resultados del estudio, publicados en la revista PLOS ONE, subrayan la necesidad urgente de implementar nuevas intervenciones de salud y apoyo económico para las personas afectadas por el COVID prolongado.
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