Corazón agradecido… corazón saludable
Todos conocemos personas que se dedican a quejarse constantemente, centrándose en lo que han perdido o en lo que ya no está presente, sin aprovechar la oportunidad de reconocer las múltiples bendiciones que tienen frente a ellos. La realidad es que la forma en que percibimos la vida determina nuestra reacción ante ella. Puedes ver las pérdidas como oportunidades para crecer y aprender, expresando tu gratitud, o puedes optar por verlas desde la perspectiva de una víctima, sintiéndote disminuido por los desafíos que la vida te ha presentado.
Lo que muchos desconocen es que, más allá de la fortaleza espiritual que acompaña al agradecimiento, este también conlleva numerosos beneficios para la salud. En el ámbito de la salud mental, diversos estudios han demostrado que los síntomas de la depresión y la tristeza disminuyen cuando practicamos la gratitud. Es natural que aquellos que encuentran motivos para agradecer experimenten una mayor felicidad en su día a día y tengan la capacidad de construir relaciones interpersonales más saludables.
Además, se ha descubierto que el agradecimiento reduce los niveles de ansiedad al mantenernos enfocados en el presente, en lo que tenemos y reconocemos hoy en nuestras vidas. Este cambio de perspectiva nos permite vivir el momento actual, disminuyendo el estrés no porque no haya caos externo, sino porque el agradecimiento se convierte en el ancla que nos mantiene en paz y equilibrio internos.
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Es natural que, si el agradecimiento reduce la tristeza, la ansiedad y el estrés, también se convierta en una medicina eficaz para la salud cardiovascular. Nuestro cuerpo responde a nuestras emociones, y diversos estudios han demostrado que el bienestar derivado del agradecimiento tiene un impacto positivo en los marcadores de riesgo cardiovascular, como el fallo cardiaco, la función cardiaca y la actividad del sistema nervioso autónomo.
Este descubrimiento ha impulsado el crecimiento significativo de la llamada «investigación en gratitud», especialmente en pacientes con enfermedades cardiovasculares. Los sentimientos de bienestar y felicidad asociados con el agradecimiento se han revelado como una fuerza curativa positiva para el corazón.
¿Cómo puedes aprender a ser más agradecido? Comienza escribiendo diariamente algo por lo cual dar gracias, ya sea algo aparentemente insignificante que marcó la diferencia en tu día o una de tus grandes bendiciones. Establecer esta rutina de buscar cosas para agradecer aligerará tu corazón. Además, es fundamental reducir la velocidad en la vida cotidiana. La prisa es enemiga del mindfulness y amiga del estrés. Al tomar el tiempo para respirar y vivir en el momento presente, nos volvemos más conscientes de las maravillas que nos rodean, permitiéndonos apreciarlas y agradecer su presencia en nuestras vidas.
Practica la gratitud cuando sientas que la ansiedad, el enojo o la tensión aumentan. Cambia tu enfoque mental y sumérgete en el recuerdo de un momento en el que experimentaste profundo agradecimiento, ya sea por un gesto generoso o por haber hecho feliz a alguien.
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Finalmente, no hay mejor manera de cultivar la gratitud que expresándola verbalmente a los demás. Agradece a tu pareja, hijos, nietos, amigos o incluso a las personas que realizan tareas cotidianas, reconociendo su importancia en tu vida. Validar a los demás refuerza los lazos y nos conecta con la energía positiva del agradecimiento. Practica la gratitud por ti, por tus seres queridos y por tu corazón.