Consejos prácticos para mejorar la calidad del aire y prevenir alergias en la casa
Tener un hogar limpio y saludable no solo hace que el espacio se vea mejor, sino que también es crucial para la salud, especialmente si tú o alguien en tu familia tiene alergias o problemas respiratorios. Aquí te compartimos algunos consejos sencillos y prácticos que te ayudarán a mantener un ambiente más saludable en casa.
Ventila tu casa con aire fresco
Los sistemas de calefacción y aire acondicionado suelen recircular el mismo aire una y otra vez, lo que significa que todo el polvo, la suciedad y el polen se quedan dentro de casa. Si el clima es agradable y los niveles de polen están bajos, abre las ventanas y deja que entre aire fresco. Esto es especialmente importante si has estado pintando, cocinando, usando calentadores de queroseno o trabajando en hobbies como la carpintería, que generan polvo o humo.
Usa productos de limpieza más seguros
Algunos limpiadores están llenos de productos químicos que pueden irritar las vías respiratorias o incluso desencadenar ataques de alergia o asma. Al comprar limpiadores, revisa las etiquetas y evita aquellos que contengan compuestos orgánicos volátiles (COV), fragancias fuertes o ingredientes inflamables. Una opción fácil y económica es hacer tus propios limpiadores usando ingredientes simples como agua, jabón, vinagre o bicarbonato de sodio.
Cuida tu sistema de calefacción y aire acondicionado (HVAC)
Un filtro sucio en tu sistema HVAC puede bloquear el flujo de aire y provocar la aparición de moho, especialmente si se acumula humedad. Lo ideal es cambiar el filtro cada tres meses, pero si tienes mascotas o alguien en casa sufre de alergias, revisa el filtro una vez al mes. Además, hacer una revisión profesional anual puede ayudarte a mantener el sistema en óptimas condiciones.
Mantén los baños secos
El moho ama la humedad, y los baños son su lugar favorito. Si no lo mantienes bajo control, las esporas de moho pueden terminar flotando en el aire y provocar alergias, tos o problemas respiratorios. Asegúrate de ventilar el baño después de ducharte, ya sea con un ventilador o abriendo una ventana, y cuelga las toallas mojadas para que se sequen completamente. Si ves que el moho aparece en la bañera o en las paredes, será necesario limpiar más seguido para mantenerlo a raya.
Cuidado con los ambientadores
Aunque a veces queramos que nuestra casa huela bien, muchos ambientadores contienen compuestos que pueden irritar la nariz y la garganta. En su lugar, intenta ventilar bien tu casa o usar aceites esenciales de forma natural, pero evita los aerosoles que liberan químicos al aire.
Revisa tus frutas y verduras
Las frutas y verduras pueden generar moho si las dejas en la despensa por demasiado tiempo. Revisa regularmente y desecha cualquier alimento que tenga signos de moho o se sienta baboso. Para mantenerlas frescas más tiempo, no las laves hasta justo antes de comerlas.
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Mantén a raya a las cucarachas
Las cucarachas no solo son desagradables, también pueden causar problemas de salud. Tanto sus cuerpos como sus heces, incluso después de que mueren, se descomponen y liberan partículas que pueden provocar alergias o ataques de asma. Si tienes un problema de cucarachas, usa cebos en lugar de aerosoles, ya que estos últimos pueden liberar más químicos en el aire.
Soluciona las fugas de agua
Las fugas de agua en lavabos, inodoros, duchas o incluso en el techo, pueden ser una fuente de moho y atraer cucarachas. Si notas alguna fuga, arréglala lo antes posible. Si no sabes cómo hacerlo, llama a un plomero para evitar que el problema empeore.
Guarda las sobras de comida de forma segura
A las cucarachas les encanta la comida tanto como el agua, así que asegúrate de guardar las sobras en recipientes herméticos. Si tiras comida, asegúrate de hacerlo en un bote de basura con tapa para evitar atraer insectos.
Mantén a tus mascotas limpias
Las mascotas traen caspa y alérgenos del exterior, lo que puede afectar la calidad del aire dentro de tu hogar. Si es posible, trata de mantenerlas fuera del dormitorio y de las camas. Si no puedes hacerlo, asegúrate de bañarlas regularmente y aspira frecuentemente las áreas donde pasan más tiempo.
Limpia las zonas olvidadas
Algunas áreas de la casa a menudo se pasan por alto, como las tapas de los gabinetes, las campanas de ventilación o detrás de los inodorios. Estas zonas también acumulan polvo y suciedad, así que procura darles una limpieza de vez en cuando. Además, no te olvides de lavar diariamente los platos de tus mascotas para evitar bacterias.
Lava la ropa de cama y las alfombras
Lava las sábanas, mantas y fundas de almohada al menos una vez por semana con agua caliente (130°F) para eliminar el polvo, los ácaros y otros alérgenos. Si tienes cojines que no se pueden lavar, considera reemplazarlos por aquellos con fundas removibles y lavables.
Opta por muebles más fáciles de limpiar
Los muebles tapizados pueden atrapar polvo y alérgenos. Si sufres de alergias, puede ser una buena idea optar por muebles de cuero o vinilo, que son más fáciles de limpiar. Del mismo modo, cambia las cortinas por persianas, ya que éstas recogen menos polvo y son más sencillas de mantener.
Cuidado con los pisos
Las superficies duras, como la madera o baldosas, no atrapan tanto polvo como las alfombras. Si prefieres áreas suaves, utiliza alfombras que puedas lavar en la lavadora. Si no puedes quitar la alfombra, aspírala semanalmente con una aspiradora que tenga filtro HEPA.
Mantener tu hogar limpio y libre de alérgenos no tiene que ser complicado. Con estos sencillos consejos, puedes mejorar la calidad del aire y crear un ambiente más saludable para todos en casa. ¡Tu salud y la de tu familia te lo agradecerán!
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