Con buenos hábitos de vida es posible detener la progresión de la prediabetes
Los mayores errores en el cuidado de la salud están relacionados con el mal manejo de una alimentación sana y balanceada. Muchos de los platos preparados en la actualidad son ricos en grasa y carbohidratos y a parte de esto, es común que las personas abusen de la cantidad.
En entrevista con Medscape el Dr. José Gotés, MD, aseguró que, “uno de los principales impulsores de la prediabetes y de la diabetes en Latinoamérica se dan básicamente por el rápido aumento de la obesidad. Si podemos hacer que los pacientes cambien sus hábitos de vida, podemos tener un gran impacto a nivel individual y por supuesto a nivel de la población.”
Para el Dr. Carlos Aguilar Salinas, MD, PhD, el componente nativo americano aumenta la susceptibilidad genética de tener diabetes de tipo 2, con una edad temprana de presentación. En México el índice de masa corporal está alrededor de 27 mientras que Estados Unidos se ubica en 33.
En el caso de los mexicanos, el 28 % son diagnosticados antes de los 40 años a pesar de que la mayoría de los especialistas piensan en diabetes después de la quinta década de vida.
Para la especialista Paloma Almeda Valdés, MD, PhD, para identificar el riesgo de desarrollar diabetes de tipo dos o para reconocer prediabetes existen muchas herramientas, pero los principales factores de riesgo son antecedentes familiares de tipo 2, obesidad e índice de masa elevado en la circunferencia de la cintura.
De esta manera, los especialistas recomendaron a las personas con familiares con antecedentes de diabetes tipo 2 realizar pruebas de glucosa en ayunas al menos una vez al año, además de cuidarse de otras condiciones como hipertensión arterial, dislipidemia o síndrome de ovario poliquístico.
Recomendaciones
Los cambios en los estilos de vida recomendados se basan en contar con el apoyo de un nutricionista, buscar perder entre 7 y 10 % del peso corporal inicial, hacer ejercicio 30 minutos al día, 5 días a la semana y contar con un control médico regular teniendo adherencia a los tratamientos.
Estudios como el Chinese Prevention Da Qing o algunos realizados en Filadelfia han demostrado que si los pacientes siguen un adecuado estilo de vida, se inscriben en programas que les enseñen a perder peso y a tener una disciplina con el ejercicio, es posible detener la progresión de la condición o revertir la enfermedad.