Cómo trabajar con un jefe que siempre cambia de opinión, según expertos de Harvard
Tener un jefe indeciso o que cambia constantemente de opinión puede ser frustrante y desmotivador. Como empleados, solemos enfrentarnos a una montaña rusa de instrucciones que generan incertidumbre y agotamiento. Según los expertos de Harvard, «trabajar con un jefe así es un desafío, pero con las estrategias correctas, es posible manejar la situación». A continuación, te presentamos cinco recomendaciones para sobrellevarlo y, quizás, salir fortalecido de la experiencia.
1. Prepara el terreno antes de presentar algo
Antes de llevar un proyecto a tu jefe, establece un marco claro. Explícale el propósito del proyecto, el contexto, las personas involucradas y las expectativas iniciales. Es crucial recordar que, con frecuencia, estos detalles pueden haberse olvidado o distorsionado. Esta preparación no solo ayudará a tu jefe a comprender mejor la situación, sino que reducirá la posibilidad de que cambie de opinión en etapas avanzadas.
Dedica tiempo a estructurar la conversación para que sea reflexiva y productiva, tanto para tu jefe como para el equipo. Aunque parezca laborioso, esta preparación inicial puede ahorrarte semanas de ajustes y cambios innecesarios.
2. Sé específico en tus preguntas
Si le preguntas a un jefe indeciso “¿Qué opinas?”, es probable que obtengas una avalancha de ideas y cambios innecesarios. En su lugar, formula preguntas concretas que limiten el alcance del feedback. Por ejemplo, dirige su atención hacia el aspecto más urgente o crucial del proyecto:
- “¿Crees que este enfoque cumplirá con el objetivo principal?”
- “¿Qué opinas sobre este aspecto específico que puede ser problemático?”
De esta forma, estás guiando la conversación y aprovechando los puntos fuertes de tu jefe, en lugar de perderte en cambios generalizados.
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3. Define claramente la fase de cambios
Es normal que cualquier proyecto tenga modificaciones, pero es importante establecer un límite. Si no defines cuándo termina la fase de cambios, corres el riesgo de caer en un ciclo interminable que desgasta al equipo y pone en riesgo el resultado final.
Un recordatorio amable de que “esta es la última oportunidad para realizar ajustes antes de avanzar” puede ser suficiente para evitar retrasos innecesarios. Haz énfasis en las consecuencias de prolongar esta etapa, como el impacto en los plazos o la fatiga del equipo.
4. Responde con cortesía y asertividad
No se trata de ser una persona reacia al cambio, pero tampoco de adaptarse continuamente a los caprichos de última hora. Si aceptas todo sin cuestionar, podrías perder tiempo y motivación.
Una estrategia eficaz es plantear preguntas de manera respetuosa:
- “Entiendo tu propuesta, pero ¿crees que este cambio es realmente necesario para cumplir el objetivo?”
- “¿Merece la pena invertir más tiempo en esta modificación o sería mejor priorizar otros aspectos?”
El tono es crucial. Mantén la calma y la cortesía, pero también deja claro tu enfoque hacia soluciones prácticas.
5. Evalúa tus propias dificultades con el cambio
Aunque algunos jefes son indecisos por naturaleza o por falta de claridad, otros cambian de opinión porque las circunstancias lo exigen. Si cada modificación te estresa, es posible que debas reflexionar sobre tu propia resistencia al cambio.
Un buen líder sabe cuándo es necesario corregir errores o explorar nuevas posibilidades. Esto implica adaptarse al cambio de manera razonable, sin perder de vista los objetivos principales. Si un pequeño ajuste te resulta abrumador, tal vez sea momento de analizar por qué te afecta tanto.
Trabajar con un jefe que cambia de opinión constantemente no es fácil, pero estas estrategias pueden ayudarte a manejar la situación y evitar que el estrés se acumule. Prepararte bien, dirigir las conversaciones hacia puntos específicos, establecer límites claros y reflexionar sobre tu capacidad de adaptación son claves para enfrentar este desafío.
Recuerda: los cambios pueden ser una fuente de frustración, pero también una oportunidad para crecer profesionalmente y demostrar tu capacidad de gestión en entornos complejos.
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