Cómo la hipertensión, la obesidad y la diabetes aumentan el riesgo de ACV
Las enfermedades cardíacas continúan siendo la principal causa de muerte a nivel mundial, con un impacto devastador no solo en la salud individual, sino también en los sistemas de salud pública. De acuerdo con el último informe de la American Heart Association, solo en 2022, cerca de 942.000 personas en Estados Unidos perdieron la vida debido a enfermedades cardiovasculares.
Debido a estas y otras cifras recientes, el panorama sigue siendo preocupante, ya que los factores de riesgo asociados a estas enfermedades siguen en aumento, tanto a nivel nacional como global.
Factores de riesgos: ¿Cómo prevenirlos?
Entre los principales factores de riesgo de enfermedades cardíacas, destacan la hipertensión, la obesidad, la diabetes tipo 2 y la falta de actividad física. Según el informe, casi el 47% de los adultos en EE. UU. padecen presión arterial alta, mientras que más del 72% tienen un peso poco saludable, de los cuales aproximadamente el 42% son obesos.
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Además, más de la mitad de los adultos estadounidenses sufren de diabetes o prediabetes, lo que contribuye aún más a la carga de enfermedades cardiovasculares. Estos factores están interrelacionados, y su prevalencia está en constante ascenso.
Uno de los temas emergentes es el síndrome cardiovascular-renal-metabólico (SCRM), un trastorno de salud complejo que involucra la interacción de las enfermedades cardíacas, renales, la diabetes y la obesidad. El Dr. Seth S. Martin, uno de los principales expertos en la materia y quien ha trabajado en este informe, ha señalado que la prevalencia de la enfermedad renal crónica ha aumentado de manera significativa, especialmente entre los beneficiarios de Medicare, lo cual está relacionado con los factores de riesgo comunes como la hipertensión y la obesidad.
Según los expertos, si las tendencias actuales persisten, para el 2050 más de 180 millones de adultos en EE. UU. sufrirán de hipertensión, y más de 80 millones padecerán diabetes. Además, el costo sanitario relacionado con las enfermedades cardiovasculares podría aumentar hasta en un 300%, lo que representa una carga insostenible para los sistemas de salud.
Es importante destacar que no todos los grupos poblacionales se ven afectados de la misma manera por estos factores. La prevalencia de la obesidad, la diabetes y la presión arterial alta varía según el sexo, la raza y la etnia.
Prevención
En cuanto a las soluciones, los expertos coinciden en que la respuesta no debe centrarse únicamente en los avances médicos, sino también en la prevención. La mejora en la concientización sobre los factores de riesgo, la promoción de un estilo de vida saludable, el acceso a un tratamiento adecuado y la eliminación de las disparidades en la atención médica son fundamentales para combatir esta crisis de salud pública.
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