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Carne roja bajo la lupa: ¿Aliada o enemiga de tu salud?

El debate sobre los beneficios o efectos sobre la salud de consumir carne roja es un debate que se ha extendido por años y ahora el portal The Economist difundió nuevas perspectivas sobre los aportes y posibles consecuencias negativas de consumir este alimento.

Las preocupaciones ahora están asociadas con la preservación de la salud y, adicionalmente, con el impacto del consumo de este tipo de carne sobre el medio ambiente. El informe publicado por The Economist detalla evidencias científicas.

Propiedades nutricionales

La carne roja es considerada una importante fuente de vitaminas del grupo B y proteínas, nutrientes esenciales para el cuerpo humano. Sumado a esto, la cantidad de hierro presente en la carne roja es más fácil de absorber que la que se encuentra por ejemplo, al consumir diferentes fuentes de vegetales, por lo que, desde muchos aspectos ha sido vista como un alimento fundamental para prevenir condiciones como la anemia y mantener unos niveles adecuados de energía.

Sin embargo, parece que estas ventajas se ven opacadas al compararlas con sus consecuencias o efectos negativos sobre la salud, ya que, la ingesta de este tipo de alimento viene acompañada normalmente de una alta cantidad de colesterol y grasas saturadas, las cuales tienen una asociación con las enfermedades cardíacas.

Adicional a esto,  este tipo de carne es utilizada para realizar varios tipos de productos procesados o embutidos que también contienen conservantes que fueron vinculados a un alto riesgo de desarrollar cáncer.

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 ¿Cuál es su impacto sobre la salud?

La investigación «Las dietas pueden ser coherentes con los límites planetarios y los objetivos de salud a nivel individual», publicada en Nature Medicine realizó una investigación e hizo un seguimiento a más de 100,000 profesionales de la salud en Estados Unidos, evidenciando que aquellos que consumían más carne roja tenían mayores problemas de salud.

La investigación también evidenció que quienes consumían carne roja tenían una menor probabilidad de llegar a los 70 años y quienes lograban hacerlo, eran más susceptibles a presentar enfermedades crónicas y a tener una salud mental y física deficiente.

A su vez, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer apoya estos hallazgos y los refuerza, destacando un incremento en el riesgo de cáncer vinculado al consumo regular de carne procesada

A su vez, otros ensayos que han sido publicados y controlados aleatoriamente han compartido datos que vinculan las dietas ricas en carnes rojas con niveles más altos de colesterol y un aumento en la producción de trimetilamina N-óxido (TMAO), un compuesto altamente relacionado con el riesgo de presentar enfermedades cardíacas.

Expertos también insisten en la necesidad de no caer en los extremos, pues el consumo puntual de carne roja, especialmente si hablamos de carnes magras, no es tan dañino. Lo importante es intentar equilibrar las dietas e incluir la carne de manera moderada y consciente, siguiendo un plan nutricional bien diseñado para que este tipo de alimento no se tenga que excluir completamente de la alimentación de una persona.    

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¿Cómo impacta al medio ambiente el consumo de carne?

Como mencionamos anteriormente el debate no solo se centra en las complicaciones que puede generar en las personas el consumo excesivo de ese tipo de carnes, también se destaca el impacto de las dietas en el medio ambiente, por esto, Nature desarrolló un modelo que equilibra la sostenibilidad ambiental con las necesidades nutricionales.

En línea con el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París, se ha descubierto que diversas dietas ofrecen hasta 700 minutos de vida saludable ganados por semana, a la vez que reducen el impacto climático siete veces.

Las dietas veganas, vegetarianas y flexitarianas que limitan el consumo de carne a 255 g por semana (cerdo y aves) fueron las que mejor cumplieron con las restricciones ambientales y nutricionales, detalla el informe.

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