Repasando lo que fue el 2024 tengo que llegar a la conclusión de que el año ha sido uno extremadamente bipolar. He vivido grandes alegrías y he experimentado también pérdidas significativas.
A nivel profesional fue uno de mis mejores años no solo por la cantidad de trabajo que fue mucha, sino también por la calidad, por haber laborado en áreas que me han llenado plenamente. Hice tres obras de teatro, y llegué hasta la República Dominicana para asistir al estreno de la primera obra teatral que he escrito, “Las vaginas son ateas”. Llegar a Santo Domingo después de más de treinta años y compartir con los tantos primos, tía y tío que tengo por allá, fue una bendición.
A nivel personal el panorama fue más difícil. Este año tuve que dedicar mucho tiempo al cuidado de mi madre, quien estuvo delicada de salud. Un abrazo solidario a todos los cuidadores y cuidadoras allá afuera. El trabajo puede ser extenuante por momentos. Pero cuando se realiza en amor y agradecimiento, se ve la luz al final del camino. El 2024 termina con mami más fuerte y mucho mejor.
De la misma forma, apoyar a mi prima Marian Pabón en su proceso de tratamiento de cáncer también fue un reto enorme. La quimio fue bien dura para ella y verla atravesar por eso me rompía el corazón. Pero hoy me quito el sombrero ante su fortaleza y deseo de vivir, los cuales tienen mucho que ver con que hoy esté libre de cáncer y llena de esperanza en el futuro y nuevos proyectos profesionales.
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No sé lo que llegará con el 2025 porque estoy clara en que la vida está hecha de constantes procesos de altas y bajas. Pero sé que no importa lo que llegue lo celebraré y lo lloraré; lo abrazaré y lo dejaré ir; y lo agradeceré porque será lo que necesitaré en ese momento. Pero sí hay deseos que tengo para este nuevo año que quiero compartir para darles más fuerza. Es posible que algunos de ustedes piensen que lo que pido para el 2025 nace de un optimismo poco real. Es posible. Pero no perdemos nada con soñar ¿verdad?
Que en el 2025:
- Tengamos paz en nuestras calles y hogares…que tanta falta nos hace…
- Cese la guerra en Ucrania, la violencia en Haití, y el sufrimiento de tantas personas en países cuyos líderes los ahogan y mutilan física y emocionalmente…
- Aquellos que nos gobiernan aquí y allá tomen las mejores decisiones posibles entendiendo que el bien colectivo siempre, siempre, siempre debe ir por encima del bien individual…
- Ningún ser humano se quede sin tratamiento o medicamentos porque no tiene el dinero para pagarlo…
- Que aquellos que han perdido a seres queridos encuentren la paz en medio del dolor y entiendan que ese dolor se transformará con el tiempo, aún cuando nunca desaparezca completamente…
Y ya a nivel más personal que en el 2025:
- Llegue mi nuevo libro, el noveno, y que espero titular “Y sigo fluyendo…40 herramientas para celebrar la vida”
- Siga pudiendo vivir mi propósito mientras celebro mis cuarenta años laborando en los medios…
- Mi familia y yo tengamos salud física, espiritual, pero, sobre todo, mental…
- Sigan surgiendo oportunidades para servir a otros…
- Pueda bailar mucho porque el baile me hace feliz…
- Lleguen nuevos proyectos de teatro que me reten…
- Siga fortaleciéndose mi círculo de amor, de tantos seres que tengo alrededor, familia biológica y familia escogida, y que éste siga creciendo…
- Que llegue otro viaje espectacular (en el 2024 fue el Camino de Santiago) …
Te invito a que tú también hagas tu lista, que le dejes saber al Universo lo que deseas no solo para ti, sino para tu país y nuestro planeta. Pero no se lo dejes todo al Universo, hay que trabajar hacia nuestras metas internas y externas. Que la ilusión nunca muera…Les deseo a todos felicidad, prosperidad, salud, y, sobre todo, como hubiese dicho nuestro querido Walter Mercado, “Que tengan mucho, pero mucho…amor”.
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