Beneficios de los frutos secos: cuál elegir para el bienestar de los mayores
Beneficios de los frutos secos, ¿cuántos conocemos? Se trata de un producto sabroso pero saludable que se presta perfectamente como tentempié y como guarnición, especialmente en la dieta de los ancianos. Los frutos secos son, de hecho, un alimento muy importante que debe incluirse en una dieta rica y equilibrada, especialmente para las personas mayores de 65 años, entre los que empiezan a aparecer los primeros signos de envejecimiento en el cuerpo.
Por esta razón, el bienestar del cuerpo y la salud deben tenerse constantemente en cuenta, sobre todo cuando existe el riesgo de que se manifiesten ciertas patologías relacionadas con el avance de la edad. Por lo tanto, es necesario seguir una dieta equilibrada, tratando de consumir alimentos que reduzcan ciertos valores e integren las sustancias que más le faltan al organismo. En este sentido es importante tener en cuenta los beneficios de los frutos secos: averigüemos juntos cuáles.
Propiedades de los frutos secos: ¿por qué consumirlos entonces?
Las propiedades beneficiosas de esta categoría son muchas y están científicamente documentadas. Consumidos regularmente y de forma controlada, los frutos secos contribuyen a la cantidad adecuada de grasa, fibra y otros nutrientes que una persona mayor necesita.
Los beneficios de los frutos secos son realmente valiosos porque, por ejemplo, permiten mantener a distancia enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el sobrepeso, vinculando obviamente su consumo a una adecuada actividad motriz.
El bajo porcentaje de agua y azúcar, combinado con una buena cantidad de proteínas y vitamina B y E, lo convierten en el bocadillo perfecto. Sin olvidar la preciosa presencia de sales minerales como el magnesio, el potasio, el hierro, el cobre, el fósforo y el calcio y la fibra.
Frutos secos y una dieta balanceada
Cuando se trata de alimentar a los ancianos, siempre hay que tener cuidado. Por esta razón recomendamos que consulten a su médico de cabecera o a un nutricionista antes de decidir por iniciativa propia la integración de estos alimentos en la dieta de los ancianos. Especialmente en personas con hipertensión, debe proceder con gran precaución.
Como cualquier alimento, los frutos secos deben comerse con moderación sin convertirse en un sustituto natural de otros alimentos y suplementos. Por lo tanto, recomendamos comerlo en cantidades moderadas, posiblemente lejos de las comidas principales, especialmente la cena, ya que pesaría demasiado la digestión, proporcionando un exceso de calorías. En cambio, es perfecto para la salud en el desayuno o como tentempié entre comidas.
Beneficios de los frutos secos: cuál elegir
El fruto seco se divide en aceitoso (lipídico) y no aceitoso (glúcido). La primera categoría incluye las nueces, ricas en grasa pero muy bajas en azúcar: nueces, avellanas, almendras, piñones, cacahuetes, pistachos, castañas, cocos. Cuando hablamos de nueces oleaginosas, el consejo principal es no consumirlas en forma tostada, ya que las grasas responsables de destruir el colesterol se eliminan con el calor.
Los frutos secos son ricos en Omega 3 y ayudan a proteger a los ancianos contra las enfermedades cardíacas, mientras que los cacahuetes son ricos en antioxidantes. Las avellanas se recomiendan especialmente por la presencia de vitamina E, que se combina con las almendras para los ataques de hambre. Las nueces pulposas, incluyendo higos, dátiles, albaricoques, ciruelas y pasas, se caracterizan por su alto contenido de azúcar y fibra y la ausencia de grasa.
Los dátiles son una buena fuente de magnesio y potasio, mientras que las pasas de uva son muy ricas en fósforo, calcio y vitamina E. La bondad de las ciruelas pasas, particularmente energética, desintoxicante y purificadora, no debe ser subestimada.