Ansiedad y su transmisión de padres a hijos
La ansiedad se presenta como un sentimiento de miedo, temor o inquietud. La ansiedad además de ser una respuesta emocional al estrés, puede ser una reacción emocional de alerta ante una amenaza que se puede originar sin la necesidad de agentes estresantes. Ahora bien, se pueden presentar trastornos de ansiedad, lo cual son afecciones en las que la ansiedad no desaparece y puede que empeore con el tiempo; los síntomas interfieren con las actividades diarias como el desempeño del trabajo, la escuela o las relaciones con las personas.
Los estados de ansiedad se pueden presentar en cualquier etapa de la vida, desde que somos niños o ya mayores, y es que presentar un estado de ansiedad puede ser transmisible a personas que frecuentan la vida diaria con nosotros. En este caso, se debe evitar transmitir la ansiedad a los niños, este es un fenómeno que se presenta en muchos casos en la crianza de los niños por parte de sus padres.
Generalmente los niños recurren a sus padres para obtener información sobre cómo interpretar situaciones, pero, si un padre parece constantemente ansioso y temeroso, su hijo determinará que una variedad de situaciones son inseguras. Existe evidencia de que los hijos de padres con problemas de ansiedad son más propensos a manifestar ansiedad ellos mismos, esta es una probable combinación de factores de riesgo genéticos y conductas aprendidas
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¿Cómo se puede manejar esta situación?
Inicialmente se debe manejar el estrés con mucha atención ya que este es un denominador de la ansiedad. Cuando una persona se siente ansiosa, por lo general comienza a preocuparse por lo que puede suceder en un futuro; para evitar quedar atrapados en esas preocupaciones, el individuo puede practicar la atención plena, esta es una técnica para concentrarse en el presente.
Las siguientes son dos técnicas comúnmente utilizadas para la atención plena:
- Apretar los músculos: puede comenzar por los dedos de los pies, elija un músculo y apriételo con fuerza, cuente hasta cinco, suelte y observe cómo cambia su cuerpo.
- Respiración abdominal: coloque una mano sobre el estómago y la otra sobre el pecho, inhale lentamente desde el estómago y exhale lentamente.
Por otra parte, es importante prestar mucha atención a qué desencadena la ansiedad que la persona padece, en muchos casos sentir ansiedad es inevitable, pero también se puede empeorar si se obsesiona con ella. Una buena idea es establecer límites sobre cuándo y cómo se interactúa con cosas que pueden desencadenar la ansiedad.
Sin embargo, si la ansiedad que padece es grave y no le ayuda a practicar la atención plena ni establecer límites, debe consultar a un profesional de la salud mental, ya que un médico puede ayudar a encontrar métodos para gestionar el estrés y lo que se adapte a sus necesidades específicas, a medida que aprenda a tolerar situaciones de estrés le estará enseñando a su hijo a afrontar situaciones de incertidumbre o duda.
Métodos
En el momento que aprenda algunas estrategias para controlar el estrés, puede enseñarle a su hijo para cuando él se sienta ansioso. Es esencial procurar mantener una actitud tranquila y neutral frente a su hijo, incluso cuando se está pasando por un episodio de ansiedad. Ahora bien, si su hijo lo ve en momentos de estrés lo mejor es que le pueda explicar por qué ha reaccionado de esa manera.
Por último, realice un plan en el que se evidencian las estrategias para la gestión de situaciones específicas que causan estrés. No olvide que las estrategias se deben usar con moderación.
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