Un angioma es una afección cutánea leve y benigna que aparece como una pequeña mancha roja en la superficie de la piel (debido a la agrupación de pequeños vasos sanguíneos) y puede aparecer a menudo en los niños.
¿Quién está en riesgo?
Tal como está escrito, se produce en niños y es más evidente en aquellos con piel más clara. Pero esta condición de la piel también puede afectar a los adultos (especialmente a aquellos que sufren de enfermedades hepáticas, mujeres embarazadas o aquellos que toman píldoras anticonceptivas hormonales). Se estima que uno de cada dos niños puede desarrollar un angioma en algún momento de su infancia.
Signos y síntomas
Las posiciones más comunes en las que puede surgir son la cara (especialmente los ojos y los pómulos), el cuello, la parte superior del torso, las manos, los dedos, los antebrazos y las orejas. Cada angioma aparece como una pequeña mancha roja brillante, de 1 a 10 milímetros de tamaño.
Examinando, entonces, con más cuidado el angioma, vemos un punto rojo central, con pequeñas líneas rojas que irradian desde el centro. Rara vez el angioma puede sangrar en caso de lesión.
En lo que respecta a la etiología, cabe señalar que se desconoce la causa exacta que conduce al desarrollo de un angioma, pero hay algunos factores que pueden conducir a su aparición y que conciernen principalmente a los adultos.
Cómo curar el angioma
Aunque el tratamiento no es estrictamente necesario, en algunos casos se prefiere eliminar por razones puramente estéticas. Sin embargo, en los niños, tal como está escrito, suele desaparecer sin ningún tratamiento, aunque pueden pasar años antes de que desaparezca por completo.
Sin embargo, es aconsejable ponerse en contacto con un médico si el angioma sangra con frecuencia o si se observan cambios en el tamaño y el color. En tales casos, el médico puede considerar apropiado el uso de un láser para eliminarlo.
