Descubren cómo predecir qué tratamiento funcionará en colitis y Crohn
¿Te imaginas saber desde el inicio si un tratamiento funcionará o no para una enfermedad compleja?
Eso es justamente lo que plantea un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo de Crohn y Colitis (ECCO 2025), en Berlín.
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), que incluye condiciones como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, afecta a millones de personas en el mundo. Pero hay un problema que persiste: cerca del 30% de los pacientes no responden a los tratamientos disponibles. Esta incertidumbre no solo implica tiempo y dinero, también genera desgaste emocional y físico.
El nuevo estudio presentado en ECCO 2025 apunta a cambiar esta realidad, gracias a la identificación de biomarcadores —señales biológicas que podrían predecir si un paciente responderá o no a un tratamiento específico.
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La ciencia detrás del avance
Para llegar a estos resultados, los investigadores estudiaron a 127 pacientes con EII antes y después de 14 semanas de tratamiento con medicamentos como anti-TNF, vedolizumab, ustekinumab y tofacitinib.
Recogieron muestras de sangre, orina, heces, biopsias intestinales y vesículas extracelulares, y aplicaron un enfoque llamado “multiómico”, que analiza desde la expresión genética hasta la composición de la microbiota intestinal.
“Queríamos entender qué diferencia a los pacientes que responden a un tratamiento de aquellos que no. Y lo hicimos mirando muchas capas biológicas a la vez: genes, proteínas, metabolitos, microbiota”, explicó Montserrat Baldan-Martin, PhD, investigadora del Hospital Universitario de la Princesa en Madrid y una de las autoras del estudio.
Hallazgos que abren nuevas puertas
Los resultados mostraron diferencias marcadas en múltiples niveles:
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Genes: En pacientes con colitis ulcerosa tratados con vedolizumab, se detectaron diferencias significativas en la expresión genética del tejido intestinal.
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Proteínas: En los que tomaban anti-TNF, los que respondieron al tratamiento tenían un perfil proteico completamente distinto al de quienes no respondieron. En Crohn, solo coincidieron tres proteínas entre ambos grupos.
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Metabolitos: Se identificaron 24 lipoproteínas únicas en los pacientes que respondieron al ustekinumab.
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Microbiota: La composición de los microorganismos intestinales también fue distinta, sobre todo en colitis ulcerosa.
¿Qué significa esto para los pacientes?
“Imagina poder hacer una prueba sencilla, como un análisis de sangre o de heces, y saber desde el inicio si ese tratamiento será útil para ti. Eso es lo que estamos empezando a hacer posible”, afirmó Baldan-Martin.
Esta línea de investigación no solo busca mejorar la eficacia del tratamiento, también pretende personalizarlo, evitar efectos secundarios innecesarios y reducir el desgaste del ensayo y error en el tratamiento de la EII.
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El equipo ahora busca validar estos resultados con más pacientes y, en un futuro cercano, desarrollar herramientas clínicas como paneles de biomarcadores que ayuden a los médicos a tomar decisiones terapéuticas más precisas.
“Con más trabajos esperamos confirmar estos hallazgos y evaluar su relevancia clínica para identificar a los pacientes con más probabilidades de responder a intervenciones personalizadas”, concluyó Baldan-Martin.
Este estudio no solo es un avance científico, es una promesa tangible para quienes conviven cada día con una enfermedad desafiante.