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Bienestar General

7 hábitos espirituales que debes conocer para mejorar la salud cerebral

En el más reciente encuentro del Grupo Sinapsis, dirigido por su directora la Dra. María Olivia Goncalves PhD, MGS, expuso los 7 hábitos espirituales que mejoran la memoria y la concentración. Además, cómo estas prácticas benefician la salud cerebral.

“Inicialmente, se debe aclarar que espiritualidad y religiosidad son dos términos totalmente diferentes. La religión es un proceso comunitario en el que involucra la pertenencia que tenemos sobre la creencia que profesamos. La espiritualidad consta del compromiso interno y cómo nos conectamos con diversos aspectos asociados a la vida”, agregó Goncalves.

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Espiritualidad y su impacto en el cerebro

Tiene un impacto positivo, no solo en la memoria y concentración, sino también en el estado de ánimo y las funciones superiores del cerebro. De acuerdo a lo mencionado por la Dra. María Olivia Goncalves, la ciencia ha demostrado prácticas positivas espirituales que tienen un gran impacto en nuestra salud cerebral.

Estas son las 7 prácticas de que impactan el cerebro:

  1. Meditación y atención plena: en este campo, las áreas cerebrales implicadas son, la corteza prefrontal, ACC, hipocampo, amígdala. Tiene como beneficios el aumento de la neuroplasticidad, reduce el estrés y regula las emociones. Además, tiene un impacto mejorando la memoria de trabajo, la claridad mental y el enfoque sostenido; se recomienda realizar esta práctica de 10-20 minutos diarios. 
  2. Oración y reflexión diaria: las áreas cerebrales que implica son, la corteza prefrontal medial, lóbulo temporal, TPI y el sistema límbico. Activa las redes de empatía, lenguaje, valores morales y calma emocional. Además, mejora la memoria autobiográfica, la atención interna e inhibe distracciones. Su recomendación es de 10-15 minutos diarios.
  3. Gratitud y actitud positiva: actúa en las áreas ACC, corteza prefrontal medial, núcleo accumbens, amígdala e hipocampo. Tiene como beneficios liberar dopamina y serotonina, reduce el cortisol y activa las recompensas emocionales. Refuerza los recuerdos positivos, mejora la capacidad de atención y flexibilidad cognitiva, es recomendable hacerlo de 10-15 minutos diarios.
  4. Perdón: se sitúa en las áreas de la corteza prefrontal ventromedial, TPI,ínsula, ACC y amígdala. Sus beneficios son, reduce la actividad de la amígdala y mejora la regulación emocional. Alivia la carga mental, libera recursos cognitivos y mejora la concentración y memoria afectiva. 
  5. Silencio y contemplación: en el hipocampo y corteza parietal. Facilita la consolidación de la memoria, promueve neurogénesis y equilibra las redes cognitivas. Mejora la retención de información, da claridad mental y la recuperación de memorias. Se recomienda hacerlo 1-2 veces por semana.
  6. Servicio comunitario y altruismo: está en las áreas de el núcleo accumbens, ACC, corteza orbitofrontal y el sistema de recompensa. Dentro de sus beneficios está la activación de dopamina, oxitocina y endorfinas, esto reduce el estrés y la soledad. Mejora la función ejecutiva, memoria episódica y la atención orientada.
  7. Conexión con la naturaleza: se evidencia en la amígdala, sgPFC, hipocampo, PFC dorsal y la red sensorial. Reduce la ansiedad, baja el cortisol y estimula áreas visuales. Restaura la atención voluntaria, fortalece la memoria de trabajo y la recuperación de recuerdos.

Conectividad Cerebral

Está basada en tres aspectos claves: 

La conectividad cerebral en la que las prácticas espirituales pueden mejorar la conectividad entre áreas diferentes del cerebro y se optimiza una mejor comunicación.

Regulación emocional en la que se presenta una mejor conectividad cerebral, facilitando la regulación emocional, generando una mayor estabilidad en las emociones y en su bienestar. La capacidad de afrontamiento ayuda a mejorar la conectividad cerebral, la cual se traduce en una mayor capacidad de afrontamiento ante las situaciones que son estresantes.

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