¿Rascarse es bueno o malo? Un estudio revela la paradoja
Un reciente estudio publicado en la revista Science y liderado por científicos de la Universidad de Pittsburgh ha desvelado una paradoja sorprendente sobre el acto de rascarse. Aunque se trata de un reflejo natural que suele considerarse inofensivo, los hallazgos indican que puede empeorar significativamente las erupciones cutáneas al intensificar la inflamación y la hinchazón mediante la fricción. Sin embargo, también parece cumplir un papel protector contra ciertas infecciones, revelando que este mecanismo corporal es mucho más complejo de lo que se pensaba.
El estudio, realizado en ratones con dermatitis alérgica de contacto, un tipo de eccema que provoca erupciones pruriginosas e inflamadas, muestra que sucumbir al impulso de rascarse empeora los síntomas y ralentiza el proceso de curación.
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«Esta infección es una reacción alérgica que provoca una erupción pruriginosa e inflamada. Sucumbir al impulso empeora los síntomas y ralentiza la curación», detallan los resultados.
Los investigadores también se centraron en el papel de la sustancia P y los mastocitos en este proceso. Según el estudio, el rascado activa a las neuronas sensoriales del dolor para liberar sustancia P, un compuesto que estimula los mastocitos, células clave para la inflamación que impulsa el picor. Estos hallazgos sugieren que el rascado no solo amplifica la respuesta inflamatoria, sino que también puede ser placentero, lo que indica que este comportamiento podría tener algún tipo de beneficio evolutivo o protector.
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Los científicos continúan investigando este complejo mecanismo molecular para comprender mejor su doble función. Estos descubrimientos podrían abrir nuevas vías en el tratamiento de enfermedades cutáneas inflamatorias, equilibrando sus efectos perjudiciales y protectores.