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Sexting: ¿Ya sabes como hablar de esto con tus hijos?

Un estudio publicado en la revista científica JAMA Pediatrics reveló que aproximadamente uno de cada tres adolescentes, con edades entre 12 y 17 años, ha recibido mensajes de contenido sexual explícito en su teléfono móvil.

El sexting se refiere al acto de compartir contenido sexual o erótico, como fotos, videos o mensajes personales, mediante dispositivos tecnológicos. Esto puede realizarse a través de aplicaciones de mensajería, redes sociales, correos electrónicos u otras plataformas de comunicación digital.

El término sexting es un acrónimo en inglés que combina las palabras sex (sexo) y texting (envío de mensajes).

Expertos en salud y psicología advierten sobre los peligros asociados al sexting, particularmente entre adolescentes. La doctora Corinn Cross, vocera de la Asociación Estadounidense de Pediatría, destacó que uno de los principales riesgos de esta práctica es que los mensajes o imágenes explícitas pueden llegar a manos equivocadas, desencadenando graves problemas personales y sociales.

La psicóloga clínica Karol Espejo, en un artículo para el Child Mind Institute, subraya la importancia de que los padres orienten a sus hijos para prevenir este tipo de errores. “El sexting, si se realiza sin pensar, puede tener consecuencias dolorosas y duraderas”, aseguró.

Cross añadió que la impulsividad de los adolescentes está influenciada por el desarrollo incompleto de su lóbulo frontal, lo que dificulta prever el impacto de sus decisiones. Por ello, destaca la relevancia de mantener conversaciones abiertas y honestas con los jóvenes: “Ayudarles a comprender las posibles consecuencias les permitirá recordar esos consejos cuando enfrenten situaciones similares”.

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¿Quiénes lo practican?

El sexting, al ser una práctica ligada al uso de dispositivos tecnológicos, tiene alcance global, aunque las edades de quienes lo realizan varían considerablemente. Si bien se espera que actividades de índole sexual sean propias de adultos, esta conducta ha ganado terreno entre menores de 18 años.

Según un análisis reciente publicado en la revista JAMA Pediatrics, una proporción significativa de jóvenes participa en esta actividad, con un 14,8% enviando material sexual y un 27,4% recibiéndolo

El contenido erótico enviado suele ser creado por el propio emisor y compartido con un receptor específico con una intención clara. Sin embargo, el auge de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) ha reducido el control sobre este tipo de mensajes, exponiendo a los emisores al robo o a la viralización de material íntimo. Este escenario no solo compromete la privacidad, sino también la seguridad emocional de quienes participan en esta práctica, aumentando los riesgos asociados a la pérdida del control sobre la propia intimidad.

Un peligro que quizás ellos no entiendan

El estudio de la revista JAMA Pediatrics analizó a 110,380 participantes menores de 18 años y determinó que la edad promedio de los jóvenes que practican sexting es de 15.16 años (rango entre 11.9 y 17 años), con un 47.2% de ellos siendo varones. Además, se observó que esta práctica es más común en dispositivos móviles que en computadoras.

El acceso temprano a la tecnología, impulsado por la normalización del uso de redes sociales y dispositivos electrónicos, ha contribuido significativamente al aumento de esta conducta. Los padres que exponen a sus hijos en redes sociales desde temprana edad, sumado al acceso frecuente a teléfonos móviles a partir de los 10 años, han introducido nuevos riesgos. Esta realidad, combinada con la inocencia infantil y la creciente influencia de la imagen en plataformas digitales, deja a los menores especialmente vulnerables.

El sexting ha mostrado una tendencia al alza en los últimos años, incrementándose conforme los jóvenes envejecen. Es fundamental llevar a cabo investigaciones que profundicen en el sexting no consensuado para desarrollar estrategias efectivas de educación, intervención y políticas que mitiguen los riesgos asociados.

¿Quieres poder tener esas conversaciones? Estas son cuatro claves que dan los expertos

  1. Hazlas antes que sean necesarias 

Los expertos recomiendan abordar el tema del sexting con los hijos desde temprana edad, antes de que enfrenten situaciones relacionadas. Según la doctora Corinn Cross, estas conversaciones son más efectivas alrededor de los 12 años, cuando los niños comienzan a desarrollar intereses sexoafectivos

A su vez, la doctora Yolanda Reid, de la Universidad de California, sugiere que el diálogo inicie tan pronto como los niños reciban su primer celular, adaptando el contenido a su nivel de comprensión. Por ejemplo, para los más pequeños, es importante enfatizar que los chats nunca deben incluir fotos o videos de personas sin ropa, mientras que con los adolescentes se puede explorar el concepto de sexting más abiertamente y preguntarles sobre su posible exposición a imágenes explícitas.

Ambas expertas coinciden en que estas conversaciones deben ser recurrentes y no limitarse a una única ocasión. Cross enfatiza que, dado que los jóvenes probablemente no compartirán si reciben solicitudes de contenido explícito, es fundamental proporcionarles información preventiva de manera oportuna. Reid sugiere iniciar el diálogo con preguntas abiertas sobre lo que los niños o adolescentes ya saben del tema, para luego ofrecer orientación adecuada según su edad y situación.

  1. Ponte sus zapatos 

En lugar de simplemente prohibir el sexting, los expertos sugieren adoptar un enfoque empático y comprensivo. Según la doctora Corinn Cross, imponer reglas rígidas como «no hables con quien te pida fotos» puede ser ineficaz, ya que no considera los sentimientos e intereses de los adolescentes hacia esa persona. La psicóloga Karol Espejo destaca que es importante reconocer que desear sentirse atractivo o deseable es natural en la adolescencia y parte del desarrollo emocional. Sin embargo, esto debe ir acompañado de un entendimiento sobre límites personales y respeto mutuo en las relaciones.

Cross sugiere enseñar a los adolescentes que estar interesados en alguien no implica ceder a todas sus peticiones. En cualquier relación sana, establecer límites claros es esencial, y estos deben decidirse antes de entrar en una relación. Además, enfatiza que una persona que realmente valore la relación respetará esos límites. Este enfoque, que fomenta la autonomía y la madurez emocional, resulta más efectivo que un simple “no lo hagas”, ya que les permite a los jóvenes sentirse capacitados para construir vínculos saludables y responsables.

  1. Céntrate en las consecuencias 

La doctora Karol Espejo sugiere que las conversaciones sobre sexting con los hijos no deben centrarse en sí está bien o mal, sino en las consecuencias a corto y largo plazo. En lugar de adoptar una postura regañona, es importante abordar el tema de manera informativa, destacando que una vez enviada una foto explícita, esta adquiere vida propia y puede quedar permanentemente en internet

Espejo, junto con la doctora Corinn Cross, recomienda advertir a los adolescentes que si una imagen les avergonzaría frente a figuras como un abuelo o profesor, probablemente no deberían enviarla. Además, el estudio publicado en JAMA Pediatrics revela que el 14.5% de los adolescentes entre 12 y 17 años han enviado fotos explícitas sin consentimiento, un comportamiento que no siempre surge de mala intención, pero que trae serias consecuencias.

Las expertas también señalan que el sexting puede tener repercusiones sociales y emocionales, ya que los adolescentes, al recibir un mensaje explícito, a menudo sienten una sensación de prestigio y comparten la foto con amigos, lo que podría derivar en conflictos si la relación termina. 

Espejo y Cross sugieren que los padres mantengan una comunicación constante sobre las implicaciones del sexting, incluidas las consecuencias legales, ya que en muchos países esta práctica es considerada pornografía infantil. La psicóloga Yolanda Reid aconseja a los padres seguir de cerca las noticias que revelen las repercusiones reales del sexting para usar estos ejemplos como una oportunidad de enseñar a sus hijos a responder de manera adecuada si alguna vez se encuentran en una situación similar.

  1. Ayudar a los hijos a resistir la presión del sexting

El sexting no siempre ocurre de manera espontánea; muchos adolescentes informan que les pidieron fotos explícitas varias veces antes de finalmente enviarlas. Por ello, los expertos coinciden en que una parte fundamental del trabajo de los padres es enseñar a los niños a resistir estas presiones. 

La doctora Corinn Cross enfatiza que en una relación respetuosa, el concepto de «no es no» debe aplicarse tanto en el ámbito físico como en el virtual. Además, la doctora Yolanda Reid agrega que prevenir los riesgos del sexting no está completo sin enseñar a los jóvenes sobre ciudadanía digital, lo que implica no presionar a otros ni permitir que los presionen para compartir fotos explícitas sin consentimiento.

Aunque los padres pueden ofrecer orientación y consejos, la responsabilidad final sobre lo que se envía desde un dispositivo recae en los menores, lo que puede generar situaciones en las que una imagen o mensaje explícito de su hijo termine en manos equivocadas. En estos casos, Espejo resalta la importancia de recordar a los adolescentes que, aunque puedan sentirse avergonzados o abrumados, su dignidad y valor no disminuyen por esa situación.

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