¿Qué es el ‘efecto ducha’ y por qué se asocia a ideas creativas?
Investigadores de la Universidad de Columbia Británica han encontrado la que se cree es la actividad que permite desarrollar mejores ideas creativas e innovadoras en las personas. Este fenómeno, conocido como el ‘efecto ducha’ describe cómo las mejores ideas tienden a emerger durante actividades que no requieren una concentración intensa, como ducharse, pasear al perro, o realizar tareas mecánicas como lavar los platos.
Este proceso se relaciona con un tipo de pensamiento que se activa cuando la mente divaga, permitiendo que el cerebro acceda a conexiones inusuales y recuerdos que no son fácilmente accesibles durante actividades más estructuradas. Se estima que aproximadamente el 72% de las personas experimentan una mejora en su creatividad mientras realizan actividades pasivas.
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Técnicamente hablando, el ‘efecto ducha’ es un proceso neurológico complejo que ocurre cuando el cerebro entra en lo que se conoce como la «red de modo por defecto» (DMN). Esta red, que conecta más de una docena de regiones cerebrales, se activa cuando el cerebro no está enfocado en una tarea específica, facilitando el acceso a pensamientos introspectivos y espontáneos.
Según la neurocientífica cognitiva Kalina Christoff, de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, «muchas personas se sorprenden al darse cuenta de que obtienen soluciones innovadoras mientras realizan actividades que no requieren atención consciente».
Este estado de reposo mental es esencial para el proceso creativo, permitiendo que el cerebro explore ideas y soluciones que no surgirían en un estado de alta concentración. El neurocientífico Roger Beaty, de la Universidad Estatal de Pensilvania, explica que mientras el cerebro se encuentra en este estado, se activan conexiones neuronales inusuales que pueden llevar a grandes epifanías. En contraste, durante actividades que demandan alta concentración, los sistemas de control ejecutivo del cerebro limitan estos pensamientos no convencionales, favoreciendo un pensamiento más estructurado y lógico.
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¿Qué hay más allá?
Estudios como el realizado por Zac Irving y Caitlin Mills han demostrado que el vagabundeo mental puede ser particularmente efectivo durante tareas que requieren una concentración moderada. Estos investigadores encontraron que los estudiantes que realizaron tareas aburridas o ligeramente interesantes eran más propensos a generar ideas creativas al permitir que su mente divagara. Este hallazgo refuerza la idea de que no todas las formas de divagación mental son igualmente productivas; es el equilibrio entre el pensamiento libre y el estructurado lo que permite que la creatividad florezca de manera efectiva.
Sin embargo, el vagabundeo mental también tiene sus límites. No todas las ideas que surgen en estos momentos son útiles, y es crucial que el cerebro active otros mecanismos para evaluar y refinar estas ideas. De hecho, confiar exclusivamente en este proceso puede llevar a la generación de ideas superficiales. Es la combinación de pensamiento espontáneo con análisis lógico lo que produce las soluciones más efectivas y profundas.