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Lily GarcíaSalud Mental

Con la vasija boca abajo

Esta semana estaba participando de una meditación analítica grupal dirigida por una de nuestras maestras, la Ven. Nyima, monja budista colombiana. Nos invitó a que visualizáramos una vasija debajo de un chorro o cascada de agua cristalina. Pero la vasija en cuestión debería estar boca abajo, ósea que en vez de estar recibiendo y llenándose de esta agua, la estaba dejando perder.

La Venerable utilizó esa imagen para que meditáramos sobre lo que ocurre cuando escuchamos las enseñanzas del Buda, pero fallamos al no aplicarlas o asimilarlas. Nos invitó a que analizáramos aquello que hemos escuchado una y otra vez, y que, sin embargo, hemos dejado de incorporar a nuestra vida diaria. Mencionó cómo estamos desperdiciando una gran oportunidad, de la misma forma que la vasija deja perder el agua que podría estar llenándola.

Pero la imagen de la vasija, más allá de relacionarse con nuestra incapacidad en tantas ocasiones de poner en práctica enseñanzas espirituales, también me recordó a la tendencia de los seres humanos a cerrarnos a recibir desde consejos hasta bendiciones. En ocasiones vivimos esperando una grandiosa señal del universo para tomar una decisión o escoger un camino, y no nos damos cuenta de que la respuesta ya está dada. Vivimos tan enredados en nuestros pensamientos, en nuestras emociones tóxicas, que no vemos ni lo que tenemos al frente. El mensaje, como el agua de la vasija, puede estar intentando entrar, pero andamos mentalmente boca abajo.

Meditemos en los errores que hemos cometido aún reconociendo las banderitas rojas de alerta y los consejos de aquellos que nos quieren. Tengo que admitir que en mi caso han sido muchos, especialmente en lo que ha tenido que ver con mis relaciones de pareja. Es curioso como en el área profesional, sin embargo, la mayoría de mis decisiones han sido las correctas. ¿Cómo saber, entonces, que estamos viviendo como una vasija boca arriba, como debe ser?

  • Cuando en vez de dar, dar y dar, nos permitimos también recibir, cultivando así la humildad, y a la misma vez dándole la oportunidad a otras personas a que crezcan al ser generosas con nosotros.
  • Cuando aprendemos a escuchar con consciencia los consejos de aquellos que nos quieren bien.
  • Cuando no importa la religión o el camino espiritual que practiques, vives en honestidad con sus enseñanzas.
  • Cuando te abres a hacer de la prosperidad una realidad en tu vida, tomando responsabilidad por lo que te toca hacer en vez de quejarte y echarle la culpa a otros por tus tropiezos.
  • Cuando nos abrimos con valentía a reconocer nuestras faltas y debilidades, en vez de vivir en negación y cerrados a la oportunidad de evolucionar y crecer.
  • Cuando tomamos la decisión de cortar relaciones tóxicas, entendiendo que no podemos cambiar a otros, pero si reclamar la paz que nos merecemos.
  • Cuando nos abrimos a nuevas experiencias y oportunidades, aún entendiendo que pueden ser retantes, porque nos enfocamos más en lo que podemos lograr que en lo que podemos perder.

No me cabe duda de que aquellos que intentamos vivir “boca arriba” nos conocemos mucho mejor y valoramos más lo que logramos. Y en ese proceso de autoconocimiento vamos a encontrar más felicidad, propósito y prosperidad. Te invito a que observes tu vasija y te asegures de que no anda boca abajo.

Lily García

Lily García es locutora, conferenciante motivacional, “coach” de vida certificada, tanatóloga y actriz, con una vasta experiencia como comunicadora en la radio, televisión y prensa escrita en Puerto Rico. Ha publicado ocho libros sobre temas de auto-ayuda, un audio libro y dos CDs de meditaciones y visualizaciones dirigidas.

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