Conexión mente-cuerpo a través del yoga
El yoga es una disciplina que a menudo se malinterpreta como una práctica dirigida exclusivamente a personas extremadamente flexibles. Sin embargo, la esencia del yoga va mucho más allá de estas asunciones limitadas. Como nos señala Caridad Suárez, instructora de yoga del Departamento de Recreación y Deportes, «Lo más importante del yoga es la oportunidad que nos brinda para desarrollar la conciencia corporal. Creo que esto es fundamental, ya que nos permite conectar nuestra mente con nuestro cuerpo.»
Por lo tanto, es crucial entender que el yoga no se limita a realizar posturas acrobáticas, sino que abarca un amplio abanico de prácticas que promueven una conexión más profunda entre mente y cuerpo. El yoga se convierte en una vía que nos permite explorar y comprender nuestra anatomía interna, mover nuestras articulaciones, estirar el cuello e incluso trabajar con nuestros ojos. Por ende, el yoga puede ser practicado de múltiples maneras, lo que lo hace accesible para una amplia audiencia.
Un elemento fundamental en la práctica del yoga es la respiración, que no solo influye en el aspecto físico, sino también en el equilibrio del sistema nervioso. Por lo tanto, el yoga no se limita únicamente a las posturas físicas, sino que abarca una variedad de técnicas que nos ayudan a armonizar el cuerpo y la mente. Es aquí donde el yoga se revela como un enfoque terapéutico holístico, capaz de brindar una serie de beneficios que van más allá de la flexibilidad y la fuerza muscular.
“Primero y ante todo, es importante que nos demos cuenta cuando experimentamos malestar o cuando anticipamos un episodio que nos hará sentir incómodos. La mente tiende a correr sin cesar, y en estos momentos, podemos recurrir a una herramienta poderosa: la respiración. Aunque pueda parecer sencillo, llevar la mente hacia la respiración es todo un logro”, enfatizó la especialista.
Un aspecto particularmente relevante del yoga es su aplicación en el manejo de problemas autoinmunes e inflamatorios. Estas condiciones a menudo se caracterizan por la presencia constante de inflamación.
En palabras de Caridad Suárez, «Primero y ante todo, es importante que nos demos cuenta cuando experimentamos malestar o cuando anticipamos un episodio que nos hará sentir incómodos. La mente tiende a correr sin cesar, y en estos momentos, podemos recurrir a una herramienta poderosa: la respiración.» Este simple acto de dirigir la atención hacia la respiración nos ancla al presente, lo que a su vez nos permite tomar control de nuestra mente y nuestras reacciones.
La respiración profunda es una parte esencial de esta técnica. No se trata simplemente de inhalar y exhalar superficialmente, sino de realizar cada respiración con conciencia. Para lograrlo, es importante mantener una postura adecuada. Asegúrate de que tus pies toquen el suelo si estás sentado, mantén la columna erguida y permite que tus manos descansen en un lugar cómodo. Desde esta posición, enfoca tu atención en cada inhalación, inhalando suave, lenta y profundamente, y exhalando de manera prolongada y pausada.
Cuando se trata de las posturas de yoga, existen muchas opciones. Caridad Suárez, nos recomienda una de sus favoritas, el «Viparita Karani». En esta postura, te acuestas en el suelo y colocas las piernas en la pared.
«Esta postura es excelente para regular el sistema nervioso. También puedes agregar almohadas en la espalda para mayor comodidad y apoyo. El «Viparita Karani» no solo beneficia el sistema nervioso, sino que también mejora la circulación y estimula el sistema linfático, lo que puede tener efectos antiinflamatorios», contó.
El yoga también brinda la posibilidad de anclar la conciencia en el cuerpo, incluso cuando estás de pie. Una práctica recomendada es dirigir la atención desde la planta de tus pies hasta la parte superior de tu cabeza durante la inhalación, y luego desde la parte superior de la cabeza hasta la planta de los pies durante la exhalación. Esta técnica implica visualización y respiración, y puede ser considerada como un tipo de escaneo corporal que te ayuda a conectar con cada parte de tu cuerpo. Es especialmente valiosa para las personas que padecen condiciones autoinmunes, ya que puede ayudar a equilibrar la energía en el cuerpo y los chakras, lo que a su vez beneficia el sistema inmunológico.
“Una de las prácticas que te recomendaría es el ‘body scan’ (escaneo corporal). Esta técnica te permite explorar y equilibrar la energía en tu cuerpo y chakras, lo que puede ser especialmente útil para el sistema inmunológico».
La práctica de yoga no se limita solo a las posturas físicas, sino que se extiende a la atención plena y la conexión táctil. Caridad Suárez nos introduce en lo que se conoce como la ‘postura de montaña’, que implica simplemente estar de pie con las piernas separadas a la anchura de las caderas, con las palmas hacia adelante o en contacto con el cuerpo. Este simple gesto se convierte en un anclaje, un punto de referencia que te conecta contigo mismo. Puedes abrazarte o acariciar tu cuerpo suavemente mientras respiras, lo que agrega una dimensión táctil a la práctica.
Es importante destacar que el yoga es altamente adaptable. A menudo, algunas personas pueden pensar que debido a su edad o a condiciones de salud como la artritis, no pueden practicar yoga. Sin embargo, el yoga se trata de entender lo que puedes hacer y lo que no puedes hacer, y trabajar desde tus fortalezas en lugar de concentrarte en las limitaciones. Como bien señala Caridad Suárez, «La belleza del yoga radica en su versatilidad». En otras palabras, el yoga es una práctica inclusiva que permite a cualquier persona encontrar su camino hacia los beneficios terapéuticos que ofrece, independientemente de su edad o condición física.
“Se trata de entender lo que puedes hacer y lo que no puedes hacer, y trabajar desde tus fortalezas en lugar de concentrarte en las limitaciones. La belleza del yoga radica en su versatilidad”, finalizó.
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