IPE: ¿qué es, qué lo causa y cómo se diagnostica?
Insuficiencia pancreática exocrina, quizás no hayas escuchando nunca este nombre, pero es una afección prevalente en aproximadamente el 60% al 90% de los pacientes diagnosticados con pancreatitis crónica dentro de los 10 a 12 años posteriores al diagnóstico. Sin embargo, es una realidad que se habla poco de esta enfermedad.
En entrevista exclusiva con el doctor Jaime Gómez, gastroenterólogo, exploraremos más sobre esta condición y cómo puede afectar la calidad de vida de quienes la padecen.
En primer lugar, el galeno explicó que la insuficiencia pancreática exocrina es una complicación de la enfermedad pancreática «que resulta en la incapacidad de producir o sintetizar las enzimas necesarias, como la lipasa, proteinaza y otras muchas enzimas que el páncreas produce para la digestión de los alimentos».
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¿Qué la causa?
De acuerdo con el doctor Gómez, una de las causas más frecuentes de insuficiencia pancreática es la enfermedad o inflamación crónica del páncreas, conocida como pancreatitis crónica.
Sin embargo, también mencionó que existen muchas otras, «como la fibrosis quística que afecta tanto los pulmones como el páncreas».
«Además, las cirugías como la de Whipple, que implican una amplia resección de partes del estómago, el páncreas y la vesícula biliar pueden desencadenar insuficiencia pancreática. Igualmente, las obstrucciones del conducto pancreático, ya sea por tumores en la ampolla de Vater (donde converge el colédoco, la vía principal de drenaje del hígado) o enfermedades de depósito, como la hemocromatosis hereditaria (acumulación de hierro) y la enfermedad de Wilson (acumulación de cobre), son causas adicionales. Los tumores como el gastrinoma, como el síndrome de Zollinger-Ellison, enfermedad celíaca y condiciones metabólicas como la hipercalcemia, la hipertrigliceridemia y el abuso de alcohol también pueden llevar a la pancreatitis crónica», dijo.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas, de acuerdo con el Dr. Gómez, pueden variar desde pacientes asintomáticos hasta aquellos con síntomas leves, moderados o severos.
«Los síntomas leves pueden incluir molestias abdominales ocasionales y deposición normal. En cambio, los síntomas moderados a severos suelen estar asociados con una insuficiencia pancreática avanzada e incluyen mala absorción de proteínas y grasas, lo que se manifiesta como esteatorrea (heces ricas en grasa) y pérdida de peso».
Por su parte, la esteatorrea se caracteriza porque las heces flotan en el agua, mientras que lo normal es que se hundan en el agua del inodoro. Otros síntomas pueden abarcar hinchazón abdominal, gases excesivos, dolor tipo calambres y, en casos más graves, problemas óseos metabólicos y alteraciones de la visión nocturna.
¿Cómo se diagnostica?
Para confirmar el diagnóstico existen varias pruebas. La más sensible y específica es la detección de la elastasa 1 fecal en las heces.
De acuerdo con el doctor, «este producto enzimático refleja la función pancreática, y niveles por debajo de 200 microgramos por gramo de materia fecal sugieren una probable insuficiencia pancreática. Otra prueba común es la cuantificación de la quimotripsina fecal, aunque es menos sensible y específica que la elastasa 1 fecal», precisó.
Asimismo, se puede solicitar una prueba de tripsinógeno sérico, «que evalúa la reserva pancreática de las células pancreáticas y es más útil en fases avanzadas de la enfermedad». Además, existen pruebas de función pancreática exocrina directa, que implican la recogida de contenido de secreción duodenal mediante intubación duodenal y su posterior análisis en laboratorio, después de estimular el páncreas con fármacos específicos.
Métodos invasivos
Por otro lado, existen métodos invasivos para evaluar la función pancreática. Uno de ellos implica la endoscopia, en la cual un endoscopio se introduce en el duodeno después de administrar secretina, un «fármaco que estimula la liberación de contenido pancreático y el material recolectado se envía al laboratorio para su análisis».
Otro método es el test de secretina, considerado el estándar de referencia para evaluar la función exocrina. Sin embargo, «estos métodos son invasivos y laboriosos, por lo que se utilizan principalmente en casos específicos y en estudios epidemiológicos», agregó el doctor Gómez.
Análisis de laboratorio
«Además de las pruebas invasivas, existen análisis de laboratorio que pueden ser útiles. Por ejemplo, la detección de grasas en las heces se realiza mediante el uso de Sudán III, una prueba cualitativa que identifica grasas neutras en las heces. En sangre, se pueden medir los niveles de vitaminas liposolubles, cuya absorción depende de la función pancreática», precisó a BeHealth.
También se pueden utilizar imágenes para evaluar el páncreas, como la ecografía abdominal tradicional, la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear. Entre estas, la colangioresonancia muestra una buena sensibilidad y especificidad.
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