ABC de la enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EII) incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
En los últimos 10 años el diagnóstico de nuevos casos y el número de pacientes ha aumentado unas 20 veces. La EII afecta a ambos sexos con la misma frecuencia, con un inicio clínico generalmente entre 15 y 45 años de edad.
¿Cuáles son las causas de la EII?
La causa exacta de la enfermedad inflamatoria intestinal no está clara. Lo más probable es que sea una combinación de factores genéticos, inmunitarios y ambientales lo que desencadena la inflamación del tubo digestivo.
Una teoría predominante sostiene que un proceso, posiblemente viral, bacteriano o alérgico, inflama inicialmente el intestino delgado o grueso y, en función de la predisposición genética, da como resultado el desarrollo de anticuerpos que “atacan” de modo crónico al intestino, conduciendo a la inflamación.
Aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes con EII tiene un familiar cercano (padre, hermano o hijo) con la enfermedad, lo cual apoya la idea de una predisposición genética en algunos pacientes.
¿Existe alguna relación con el estrés?
El estrés emocional debido a presiones familiares, de trabajo o sociales puede dar como resultado un empeoramiento del síndrome del intestino irritable, pero hay poca evidencia que sugiera que el estrés es una causa importante de la colitis ulcerosa o de la enfermedad de Crohn.
A pesar de no ser una enfermedad condicionada por el estrés, recientes estudios demuestran que puede existir alguna relación. Es decir, períodos de estrés pueden provocar un brote de la actividad de la enfermedad en pacientes con EII.
La EII, ¿puede traer otras complicaciones?
La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn pueden dar como resultado diarrea, sangrado, anemia, pérdida de peso, fiebres, desnutrición y fístulas. Adicionalmente pueden haber manifestaciones extraintestinales que podrían afectar el sistema ósea, piel y ojos.
¿Cuáles tratamientos existen?
Actualmente, y desde más de 50 años, se encuentra disponible 5-ASA en forma oral, supositorio o enema. Estos son con frecuencia los fármacos más usados.
Adicionalmente, está la terapia con corticoesteroides como la prednisona o la hidrocortisona. Se recurre a ella cuando 5-ASA no es suficiente para controlar la inflamación. Estos fármacos pueden administrarse por vía oral, rectalmente en forma de supositorios o enemas, o de modo intravenoso.
También se usan los inmunomoduladores que suprimen la respuesta inmune del cuerpo en la EII. Aquí encontramos la azatioprina y la 6-mercaptopurina (6-MP).
Finalmente, también en la actualidad se puede recurrir a los medicamentos biológicos cuando la enfermedad es moderada o grave.
¿Hay complicaciones debidas a los tratamientos médicos?
La sulfasalazina, un producto de 5-ASA, puede provocar náuseas, indigestión o dolor de cabeza en aproximadamente el 15 por ciento de los pacientes y empeorar la diarrea en aproximadamente el 4% de los pacientes. Los fármacos más recientes tienen menos efectos secundarios.
La terapia crónica con corticosteroides puede conducir a la retención de líquidos y a hipertensión arterial, cierto redondeo de la cara y ablandamiento de los huesos similar a la osteoporosis. Estas complicaciones generalmente sugieren intentos de interrumpir el tratamiento con corticosteroides tan pronto como sea posible.
Los fármacos anti-inmunes requieren supervisión periódica del recuento sanguíneo ya que algunos pacientes desarrollarán un bajo recuento de glóbulos blancos.
Sin embargo, estos medicamentos son generalmente bien tolerados por muchos pacientes. Los productos biológicos pueden alterar la capacidad del paciente para responder a cualquier elemento estresante para su sistema inmune y, en el caso de algunos pacientes, pueden hacer más difícil que su cuerpo combata las infecciones.
Con un tratamiento temprano y adecuado, la mayoría de los pacientes con EII llevan vidas saludables y productivas. Algunos pacientes pueden requerir cirugía para el tratamiento de las complicaciones de la EII, como serían un absceso, una obstrucción intestinal o una respuesta inadecuada al tratamiento.
¿Cuáles son las opciones quirúrgicas para la EII?
La enfermedad de Crohn del intestino delgado o grueso puede tratarse quirúrgicamente en el caso de complicaciones tales como la obstrucción, un absceso, una fístula o el no responder adecuadamente al tratamiento. La enfermedad puede reaparecer en algún momento después de la operación.
La colitis ulcerosa es curable con la extirpación de todo el colon. Esto puede requerir crear una “ileostomía” (adhiriendo el íleon a la pared abdominal externa con una bolsa de uso externo) o puede implicar la fijación directa del intestino delgado (íleon) al ano. Este tipo de cirugía, conocida como “Cirugía IPAA,” no requiere de una bolsa de uso externo.
Fuente: American College of Gastroenterology
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En este especial podrá encontrar más información sobre este tipo de condición: https://behealthpr.com/viviendo-con-crohn/