Por la presente, este conglomerado de asociaciones y sociedades médicas puertorriqueñas quiere expresar su enfática y categórica oposición al Proyecto del Senado 1134 donde se enmienda la Ley 139- 2008 de la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica.
No estamos de acuerdo con permitir que la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica tenga la autoridad de “validar cualquier programa de residencia estatal creado por cualquier hospital o escuela de medicina en Puerto Rico,” según dispone en la sección 2 del P. del S. 1134, cuando deberíamos estar reforzando aquellos existentes acreditados por los estándares más altos de supervisión y calidad de Norte América.
El “Accreditation Council on Graduate Medical Education” (ACGME) vela por un currículo uniforme, balance de trabajo/educación, bienestar del entrenado, bienestar de la facultad y los requisitos mínimos necesarios para poder obtener un certificado de especialidad o subespecialidad. Si se quieren abrir nuevos programas de entrenamiento, bienvenidos sean pero bajo los estándares existentes, no crear estándares nuevos porque sean más fáciles de obtener con el fin de tener más médicos sin subsanar el problema de la crisis de salud en su matriz.
Queremos médicos entrenados con los máximos estándares y siguiendo un currículo uniforme de entrenamiento. Entendemos que hacen falta médicos en Puerto Rico pero no podemos permitir sacrificar calidad por cantidad. El pensar que los miembros de la JLDM de Puerto Rico pueden asumir la responsabilidad de mantenimiento de calidad, monitoreo de cumplimiento, generación de reportes estadísticos, monitoreo de satisfacción del aprendiz, administración de sondeos y visitas de evaluación de varios días de duración demuestra el desconocimiento que existe en cuanto al rol del ACGME.
No estamos de acuerdo con permitir que la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica otorgue certificados de especialista o sub-especialista a médicos que no han pasado por un programa de entrenamiento apropiadamente regulado por las agencias acreditadoras pertinentes. El darle un título de especialista emergenciólogo o especialista en medicina primaria a alguien que haya estado trabajando por 10 años ininterrumpidos sin supervisión no sustituye el pasar por un programa de entrenamiento en Medicina de Emergencia o Medicina de Familia.
No podemos continuar buscando estrategias que enmascaren el problema matriz que ha llevado nuestro sistema de salud a su estado actual de CRISIS y éxodo continuo. Tenemos que enfocarnos en mejorar las condiciones en las que los médicos laboran y crear legislación para mejorar la infraestructura y recursos de nuestros centros académicos y docentes.
Queremos que más médicos se entrenen, bajo el monitoreo de calidad correspondiente y asegurando que se ofrezca al pueblo puertorriqueño cuidado del más alto orden. Cuando los estándares de entrenamiento clínico son adulterados quien sufre es el más vulnerable, el paciente.
Por todo lo antes expuesto, para conservar la excelencia en los programas de residencia médica y para velar por la mejor calidad de cuidado para los ciudadanos de Puerto Rico, reiteramos nuestra rotunda oposición al Proyecto del Senado 1134.
Entre las sociedades médicas que se oponen al proyecto se encuentran: