1 de cada 2 pacientes con párkinson sufre caídas: ¿cómo prevenirlas?
Durante un reciente encuentro académico sobre avances en el tratamiento de enfermedades neurológicas, uno de los temas que más llamó la atención fue la prevención de caídas en personas con párkinson, presentado por el profesor Khristian Pamias, PT, MSPT, EdD, NCS y experto en rehabilitación neurológica.
Pamias recordó que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año se registran 37.3 millones de caídas que requieren atención médica, siendo los adultos mayores —especialmente los mayores de 60 años— los más vulnerables.
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“Y si bien este es un problema que afecta a muchas personas mayores, en el caso del Parkinson, el riesgo es aún mayor”, advirtió el especialista.
1 de cada 2 personas con párkinson sufre una caída
La estadística es contundente: entre el 40% y el 68% de las personas con enfermedad de párkinson sufren al menos una caída al año, lo que representa un riesgo constante de fracturas, hospitalizaciones y pérdida de independencia.
“Una de cada dos personas con Parkinson puede experimentar una caída. Y lo más importante es que muchas de ellas pueden prevenirse”, señaló Pamias, quien hizo un llamado a generar conciencia sobre la necesidad de promover entornos seguros y adaptados.
Factores de riesgo que no se deben ignorar
Entre los factores que aumentan la probabilidad de caídas, el profesor destacó:
- La edad avanzada
- Problemas de balance y debilidad muscular
- Cambios en la visión
- Uso incorrecto de equipos asistidos
- Deterioro cognitivo
- Historial médico y condiciones crónicas
El uso de bastones, caminadores u otros dispositivos también requiere atención. “Muchas personas se autoindican el uso de equipos asistidos, sin una evaluación profesional. Eso, lejos de ayudar, puede empeorar su estabilidad si no se utilizan correctamente”, explicó.
La clave, según Pamias, está en el enfoque preventivo: educar al paciente, al cuidador y a la familia sobre cómo adaptar el hogar, mejorar el equilibrio con ejercicios dirigidos y evaluar regularmente el estado funcional de la persona.
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Además, insistió en la importancia de consultar con profesionales en terapia física, quienes pueden diseñar programas de rehabilitación personalizados para fortalecer el cuerpo, mejorar la coordinación y reducir el riesgo de caídas.
“La prevención de caídas no es solo una recomendación, es un compromiso con la seguridad y la calidad de vida de las personas con Parkinson”, concluyó Pamias.